sábado, 11 de septiembre de 2010

Diego Acuña: el barman medicinal



Todas las mañanas, Diego sale a las afueras del mercado Campesino, en la ciudad de Tarija, a comercializar sus mates medicinales. Hay una característica en la mezcla de las tres variedades de mates que prepara, que lo hace muy especial.

Son las cinco de la mañana y Diego Acuña, de 22 años, ya está listo para salir con su carrito, dos ollas, y siete botellas en las cuales exhiben las infusiones de hierbas y venderlas a las personas que sufren alguna enfermedad. “Tengo muchos caseros que vienen a tomar sábila que se han vuelto tratamiento de diversas enfermedades tales como vesícula, riñón, dolores estomacales y otros mates. Me gusta atenderlos y servirles los mates que les ayudan a estar bien”, comenta Diego.

Los primeros clientes o caseros, como los llama Diego, son los comerciantes del mismo mercado. Existen varias opciones, entre ellas llevarse los mates completos, que constan de jugo de sábila, alcachofas, chanca piedra, uña de gato, boldo, maca y agua con miel de abeja. “Tenemos dos carritos, uno lo maneja mi hermano y el otro yo. Son los mismos productos. Lo único que cambia son los clientes”, explica Diego, mientras mezcla los mates con dos vasos de acero inoxidable.

EMPIEZA EL SHOW

“Me das un jugo de sábila” - pide el cliente más antiguo - “pero está vez prepáramelo con tu show especial”. Diego se alista y con mucho cuidado empieza a mezclar las siete variedades de mates en su vaso de aluminio y con las botellas llenas de infusiones.

El sonido de las botellas llama la atención de más de 30 transeúntes y rompen lo cotidiano de sus días por u-nos minutos para apreciar los malabarismos, “la gente me dice que debería trabajar en una discoteca, pero no me gusta mucho. Prefiero preparar tragos medicinales y no bebidas alcohólicas”, expresa el barman medicinal.

Primero saca de una olla agua preparada con miel para verterla un vaso de vidrio. Luego empieza a sacar una por una las siete botellas que tiene en su carrito. Con la mano derecha lanza la primera botella y la mano izquierda está lista para atraparla. Inmediatamente, con las dos manos agarra la tercera y cuarta botella y empieza a vaciarlas en un vaso de vidrio. La habilidad y la rapidez de Diego son impresionantes. En menos de dos minutos la infusión esta preparada y lista para servirla. Y para finalizar desde unos 60 centímetros de alto empieza a intercambiar el mate de un vaso a otro, unas cuantas moviditas con una cucharilla y el mate tibio está listo para ser entregado al cliente.

GANANDO TERRENO

El show que hace Diego no tiene un costo adicional, por lo que él lo hace sólo cuando sus clientes se lo piden. “Nunca estudié sobre las formas de servir trago, ni mucho menos mates medicinales. Lo aprendí viendo a otras personas que también se dedican a hacer está clase de mates y se me ocurrió darle un toque especial”.

Al principio, ésta nueva manera de servir los mates fue complicada para Diego. Rompió muchos vasos, jarras y desperdició varios litros de mates, pero la idea fue mejorando poco a poco. “Hay ocasiones que terminaba empapado de mate porque siempre me ensuciaba al probar nuevas mezclas. Yo creo que es esa la razón por la que otros comercializadores de mates no se animan a servirlo de esa manera”, comenta Diego.

Por su manera de servir, este singular terapeuta ganó mucha popularidad en el mercado. Algunos lo llaman el barman medicinal y otros el malabarista de la sábila. “todas las mañanas lo esperamos para que nos venda la sábila y también para ver su show que es interesante y divertido”, comenta doña Mariana, una de tantos clientes de Diego.

Todos los días Diego y su hermano luchan por conseguir más clientes. A veces tienen que ir a buscar lugares donde no exista otra persona que venda los mismos productos “Muchas personas hacen lo mismo, pero el toque especial está en el preparado, que es la identidad de mis mates. A veces resulta y a veces no”, dice Diego.

Cuando el día no es bueno, Diego opta por empujar su carrito hasta la avenida las Américas y pararse media hora en cada esquina hasta terminar todas sus infusiones. Pero cuando se levanta con el pie derecho, tal cual dice Diego, no necesita estar más de dos horas en el Mercado Campesino.

“No puedo decir que me va mal. Sólo agradezco a Dios porque tengo un trabajo y me dio un don con los preparados. Pero lo mejor de todo es que puedo utilizar mi habilidad para ayudar a otras personas a sanarse de enfermedades que muchas veces un médico no puede curar”.

Los caseros y las caseras

El malabarista de la sábila, desconoce el número de compradores por día pero puede asegurar que asciende a más de 30 y ahora, aunque aumentó 30 raciones más, existen ciudadanos que solicitan mates y se quedan sin ellos. “A pesar que preparamos más infusiones no nos alcanza, siempre hay quienes llegan para comprar y ya no tenemos nada, no nos sobra ni un vaso”, explica.

Cerca de las 09.00 de la mañana Diego pechaba su carrito sin una gota de sábila. Mientras personas de toda edad preguntaban si aún le sobraba algo de mate.

“Ahora tengo que ir hacer hervir más agua, y a preparar los mates. A veces lo hago yo y otras mi hermano, de quien es el negocio. No es complicado hacerlo, pero tampoco es fácil porque debemos ser muy cuidadosos e higiénicos con los preparados”, comenta Diego, mientras anuncia a sus clientes que regresará en la tarde a partir de las 05.00 de la tarde.

Fuente : http://www.lostiempos.com/oh/actualidad/actualidad/20100905/diego-acuna-el-barman-medicinal_87912_168412.html

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