jueves, 4 de septiembre de 2008

Microfinancieras abren más espacios para el desarrollo

Las microfinancieras se han convertido en la mejor opción para miles de pequeños empresarios que buscan como mejorar su productividad y competitividad. Más que la tasa de interés, lo importante para el sector ha sido el crédito oportuno
Las mirofinancieras se han convertido en los últimos diez años en una fuerza financiera considerable que ha quedado fuera de las políticas de los gobiernos de la región, que todavía no reconocen su importancia y las han dejado de lado. Manejan alrededor de 900 millones de dólares en la región.
En cada país, las organizaciones gremiales de este sector han elevado sus voces para ser incluidas dentro del sistema financiero formal y no mantener un estatus casi marginal en las legislaciones nacionales de la región centroamericana.
No se trata de pedir beneficios, aclara Reynold Walter, presidente de la Red Centroamericana de Microfinanzas (Redcamif), una organización que a nivel de la región ha impulsado la creación de todo un marco legal para lograr que este sector tenga la representatividad que se les ha negado en reiteradas ocasiones.
Durante la Cuarta Conferencia Centroamericana de Microfinanzas, realizada la semana pasada en Guatemala, este sector puso en perspectiva el impacto del sector y el apoyo que prestan a la creación y desarrollo de micro, pequeñas y medianas empresas de todos los países, no sólo de Centroamérica, sino a nivel mundial.
Algunos datos podrían ilustrar el pero que tiene el sector en Nicaragua. Su cartera de crédito, al cierre del 2007, a nivel nacional fue de 218 millones 105 mil dólares. Esto es algo similar al presupuesto de Educación o de Salud para este año. Esta cartera está distribuida en 341 mil 370 clientes, en pequeños créditos de 639 dólares promedio. Esto significa la generación de más de un millón de empleos directos en todo el país.
Pero el reconocimiento a este trabajo está lejos de compensarse con esos datos. Hace algunas semanas, las microfinancieras nacionales estuvieron sometidas a fuertes ataques provenientes de la misma Presidencia, después que el presidente Daniel Ortega instó a un grupo de morosos de estas entidades que se niegan a cancelar sus deudas con el argumento de que los intereses son demasiado altos.
El conflicto focalizado en una ciudad del norte de Nicaragua generó todo un debate nacional sobre este sector, y salió a luz lo que apenas se decía. Son un sector necesario para la economía del país y su cobertura supera la de la banca privada nacional, ya que están en los lugares más recónditos del país. El Gobierno rectificó y le dio un nuevo lugar al sector.
Pero éste no es el único caso. Reynaldo Marconi, de Forolacfr (Foro Latinoamericano y del Caribe de Finanzas Rurales), de Bolivia, relata que en ese país las microfinancieras estuvieron sometidas a presión por grupos de morosos, que se negaban a cancelar sus deudas; sin embargo, la reacción de los clientes fue inmediata y defendieron a estas entidades.
La razón fue que el papel de las mismas es considerable y las comunidades alejadas las tienen como única opción.
QUE TAN IMPORTANTE ES LA TASA DE INTERÉS
El principal punto de controversias en lo relacionado con las microfinanzas es el de la tasa de interés. Quienes atacan a este sector apuntan en esa dirección.
No obstante, para algunos este punto no es tan importante, como sí lo es el del acceso al crédito. Reynold Walter sostiene que es secundario cuando el productor o pequeño empresario puede contar con financiamiento a tiempo y en el lugar donde se encuentra.
En este punto cobra importancia el concepto de “fondeo”, que consiste en la forma en que las entidades obtienen los recursos para colocarlos después como créditos.
En el caso de Bolivia, Marconi explicó que éste es uno de los puntos centrales, ya que la nueva legislación sobre microfinanzas permite a las entidades captar recursos de los clientes. Es un modelo que les ha dado resultados, dado el nivel de confianza establecido entre los clientes y las instituciones.
“Las MF han desarrollado una confianza total con sus clientes y en este momento los ahorros de las microfinancieras, en todo el sistema financiero nacional (Bolivia), representan un quinto de esos ahorros”, señala Marconi.
En cambio, fuera de la captación de ahorros, estas instituciones tienen que buscar recursos con otros bancos, los cuales se obtienen con tasas de interés mayores, aseguró.
En Nicaragua el problema de la captación de ahorro por estas entidades ha sido un tema de debate a lo largo de la discusión del proyecto de ley de microfinanzas, que todavía está congelado en la Asamblea Nacional, desde su aprobación en lo general en enero del 2004.
En el caso de Bolivia ha funcionado, ya que no se trata sólo de captar recursos de sectores económicos altos, sino de una opción o servicio más que se le presta a los pequeños productores y pequeños empresarios, afirma Marconi desde la experiencia boliviana.
“El servicio más importante para la población pobre, más que el crédito, es el ahorro. Es la disciplina de ahorrar cierta cantidad y en base a ese patrimonio, tomar un préstamo para poder encarar una inversión que le adapte una estructura económica al tamaño de su negocio”, explica.
Julio Flores, gerente general del Fondo de Desarrollo Local (FDL) de Nicaragua, sostiene que lo importante es que el pequeño empresario pueda contar con el crédito cuando más lo necesita, es decir aprovechando su costo de oportunidad y allí es donde cobra importancia el microcrédito.
Esto, a criterio de varios especialistas, puede tener más importancia que la tasa de interés misma, ya que un crédito puede tener una tasa baja pero el acceso a él es difícil.
“Claro que es importante que el crédito llegue a una tasa más baja”, sostiene Reynold Walter, pero insiste en que es más caro el crédito que no se tiene.
NUEVOS RETOS
Si bien las microfinancieras nacieron como entidades de carácter social y con pequeños capitales en zonas remotas, ahora se han convertido en instituciones que manejan capitales y tienen que competir con entidades financieras de mayor tamaño y volumen.
Esto plantea nuevos retos, como mejorar la competitividad, tecnología, la eficiencia y las relaciones con sus clientes.
Pancho Otero, director del Instituto de Políticas para la Microempresa de Bolivia, considera que “los microcréditos surgieron de forma espontánea y simultánea en diversos lugares del mundo porque había llegado su momento”, y los mismos están basados en la confianza mutua entre clientes y entidades de microfinanzas.
Aunque las mismas han logrado eliminar la burocracia en el otorgamiento de los créditos, tienen mucho camino que recorrer, sobre todo en lo relativo a mejorar la eficiencia y ofrecer nuevos servicios financieros.
En este sentido habla de diferenciarse de la banca comercial tradicional, la cual está basada en principios de funcionamientos diferentes a los de las IMF.
“Partimos de puntos opuestos. Ellos se basan en la burocracia y la intimidación; nosotros preguntamos a nuestros clientes qué necesitan, qué apoyo precisan y les dejamos bien claro que nos interesa su prosperidad”.
En este punto insiste en que el microcrédito tiene que mejorar cada vez más, como hacen las empresas en un escenario de competencia.
Por ejemplo, sostiene que las mismas tienen que valorar sus propias opciones. Por ejemplo asegura que es importante incorporar lo que denomina “indicadores de tiempo”, lo cual es que las instituciones tienen que medir el tiempo de recuperación de la cobranza, con la inversión que implica la misma.
Álvaro Rodríguez, de Acción Internacional de México, sostiene que es tiempo de que las microfinanzas desarrollen una mayor competitividad, lo cual tienen que lograr implementando sus servicios a nivel de escala, es decir llegando a más mercados con nuevos y eficientes servicios.
En ese sentido, advierte que las microfinanzas no han logrado la expansión a escala, sin lograr todavía la eficiencia de llevar efectivamente el crédito a los Mipymes.
En un mundo competitivo ésta es una variable fundamental para las IMF, ya que las mismas se enfrentan a un entorno altamente exigente.
Roberto Artavia, ex rector del Instituto de Centroamericano de Administración de Empresas, sostiene que los países tienen que apuntar a agregar más valor a lo que producen, lo cual debe ser parte de la estrategia de financiamiento de las microfinancieras, de forma que estas entidades tienen que mantener un proceso de innovación permanente.
Explica que el mundo vive un proceso de cambios permanentes y lo que se ve actualmente, se verá multiplicado por 20 en los próximos años.
Los actores económicos a nivel mundial van cambiando y ahora ya no es sólo Estados Unidos y Europa, sino que hay economías como China, Brasil o India, explicó Artavia en la Conferencia de Guatemala.

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